La humedad en una habitación no solo resulta incómoda, también puede afectar a la salud, al estado de la vivienda y hasta al descanso diario. Si notas olor a cerrado, manchas en las paredes o una sensación constante de frío, es muy probable que tengas un problema de humedad.
La buena noticia es que en muchos casos se puede solucionar o mejorar muchísimo con medidas sencillas. Aquí te explicamos paso a paso cómo quitar la humedad de una habitación y qué hacer según el tipo de problema.
Cómo saber si una habitación tiene humedad
Antes de actuar, conviene identificar las señales más comunes:
- Olor persistente a humedad o moho
- Manchas oscuras en paredes o techos
- Pintura que se levanta o se descascarilla
- Sensación de frío incluso con calefacción
- Ropa, colchones o armarios que huelen mal
- Condensación frecuente en ventanas
Si reconoces uno o varios de estos síntomas, es momento de actuar.
Tipos de humedad y por qué aparecen
No todas las humedades son iguales, y cada una requiere una solución distinta.
Humedad por condensación
Es la más habitual en dormitorios y baños. Se produce por el vapor que generamos al dormir, ducharnos o cocinar, especialmente en casas poco ventiladas.
Humedad por filtraciones
Aparece cuando entra agua del exterior por paredes, ventanas o techos. Suele empeorar con la lluvia.
Humedad por capilaridad
El agua sube desde el suelo a través de los muros. Es común en viviendas antiguas o plantas bajas.
Identificar el tipo de humedad te ayudará a elegir la solución correcta.
Ventilar bien: el primer paso imprescindible
Puede parecer obvio, pero ventilar correctamente es clave:
- Abre las ventanas al menos 10–15 minutos al día
- Hazlo incluso en invierno
- Ventila mejor por la mañana
- Crea corrientes de aire si es posible
La ventilación reduce el vapor acumulado y evita que la humedad se quede atrapada en la habitación.
Usa un deshumidificador (la solución más eficaz)
Si la humedad es persistente, un deshumidificador es una de las mejores inversiones:
- Reduce el nivel de humedad ambiental
- Elimina olores
- Evita la aparición de moho
- Mejora la sensación térmica
Para una habitación, no hace falta uno industrial. Con un modelo doméstico adecuado se notan resultados en pocos días.
Trucos caseros para reducir la humedad
Si el problema es leve, puedes probar estas soluciones:
- Colocar recipientes con sal gruesa
- Usar bicarbonato en zonas cerradas
- Bolsas antihumedad en armarios
- Evitar secar ropa dentro de la habitación
- Separar muebles de la pared para que circule el aire
Estos trucos ayudan, pero no sustituyen una solución más potente si el problema es serio.
Limpia el moho correctamente
Si ya hay manchas negras o verdosas:
- Usa agua con vinagre blanco o lejía diluida
- Ponte guantes y ventila bien
- Seca la zona completamente después
- No pintes encima sin eliminar antes el moho
Pintar sin solucionar la causa solo ocultará el problema temporalmente.
Mejora el aislamiento de la habitación
Una mala aislación favorece la humedad:
- Revisa ventanas y juntas
- Usa burletes si entra aire frío
- Considera pintura antihumedad
- Aísla paredes frías si el problema es recurrente
Un pequeño cambio puede marcar una gran diferencia.
Controla la humedad ideal
El nivel de humedad recomendado en una vivienda está entre el 40 % y el 60 %.
Un higrómetro barato te permitirá saber si estás dentro de ese rango.
Cuándo llamar a un profesional
Si notas que:
- La humedad vuelve siempre
- Las paredes están muy afectadas
- Hay olor fuerte y persistente
- Es una humedad que sube desde el suelo
Entonces es recomendable consultar a un especialista, ya que puede tratarse de un problema estructural.
Mi consejo final
La humedad no se va sola. Cuanto antes actúes, más fácil y barato será solucionarlo. Empieza por ventilar bien, prueba soluciones sencillas y, si no funciona, invierte en un buen deshumidificador.
Una habitación seca no solo se ve mejor: se duerme mejor, huele mejor y se vive mejor.